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  • Dumas respalda esta posici n al se alar que los

    2018-11-07

    Dumas (2010) respalda esta posición al señalar que los países asiáticos mantuvieron una fuerte convicción de modernizar sus economías mediante superávits comerciales, lo que les llevó a acumular una gran cantidad de excedente de recursos que pudieron colocarse posteriormente sobre las economías maduras e industriales, y específicamente, sobre los mercados de bonos e hipotecarios. Bernanke (2005) explica este fenómeno como una especie de “metamorfosis” de la economía mundial, la cual generó nuevos proveedores de fondos en los mercados de capitales como no se había visto antes. El cuadro 2 proporciona una 3-hydroxybutyrate de discusión sobre los posibles cambios en los flujos de ahorro del mundo a través de la cuenta corriente de diferentes países y regiones, lo que puede interpretarse como cambios de ahorro e inversión de la economía global desde una perspectiva ex-ante. El cuadro 2 muestra la idea principal de que el déficit comercial de las economías avanzadas (esto es, las necesidades de inversión) se incrementaron en casi el doble de 2000 a 2006, y que dicho cambio esta principalmente basado en la dinámica de Estados Unidos y algunos países Europeos. Los países que principalmente financiaron estas inversiones fueron: China; Hong Kong y los países petroleros del golfo pérsico. De acuerdo con Bernanke (2005) esta reconfiguración global de los flujos de capital en los países superávitarios esta explicada por un proceso histórico de la apertura de las economías emergentes, así como por las dolorosas crisis que experimentaron México (1994); Rusia (1998); Brasil (1999); y Argentina (2002), que les llevó a considerar la necesidad de ser países exportadores netos, y en algunos casos, exportadores netos muy grandes. Otro factor que explica el saving glut fue el fuerte incremento de los precios del petróleo durante los años previos a la crisis, lo que también propició ahorros generosos de países petroleros; y a medida que el dinero se colocaba sobre los países industriales, las monedas de dichas economías tendieron a endothermic apreciarse (como resultado de la entrada de capitales). Alimentar el precio de los activos y la valorización de monedas clave (el dólar y el euro) no sólo permitía retroalimentar el proceso de exportación de las economías emergentes, sino que además generaba los incentivos suficientes para que la población de las economías avanzadas ahorrara menos. Finalmente, una vez que el mercado accionario presentó complicaciones (en la crisis de los 90 y después en 2001-2002), el deseo de inversión de las economías desarrolladas disminuyó (lo que en inicio debería haber corregido el problema), pero el deseo de ahorro por parte de las economías emergentes persistió, por lo que el flujo de capital se concentró sobre el mercado de renta fija, disminuyendo con ello las tasas de interés y el deseo de ahorro en los países desarrollados. A su vez, esta teoría se suma a la comprensión de premios sobre las tasas de interés de largo plazo debido a los cambios de la demanda relativa de activos seguros versus activos de alto riesgo. Al respecto, el trabajo de encuentra que existió desde inicios del 2000 un incremento de la demanda sustantiva en el mercado de bonos a largo plazo. La descomposición de estas tasas de interés en sus tres componentes: expectativas de inflación; expectativas de tasa de interés de corto plazo y un componente de premio que paga la renuncia a la liquidez, muestra que este último componente ayudó de manera significativa a generar la trayectoria descendente de las tasas de interés. Paralelamente, la tenencia de activos de renta fija por parte de varias economías del orbe (que estaban generando el saving glut), fue otra de las grandes fuerzas que mantuvo a la baja las tasas de interés de largo plazo, aun cuando los bancos centrales se encontraban presionando la tasa de interés de corto plazo con su política monetaria.